Arthur Davidson hablando con Dios

El inventor de la Harley-Davidson, Arthur Davidson, murió y fue al cielo.

Al llegar a las puertas del cielo, San Pedro le dice:

- Hijo mío, como fuiste un buen hombre y tus motos cambiaron al mundo, tu premio es poder encontrarte con quien tú desees. Arthur pensó un poco y después dijo:

- ¡Quiero encontrarme con Dios!

San Pedro llevó Arthur hasta la sala del trono y lo presentó a Dios. Dios reconoció a Arthur y le dijo:

- ¿Entonces fuiste tú quien inventaste la Harley-Davidson?

Arthur respondió:

- Es verdad fui yo.

Dios comentó:

- No fue una buena invención…es un vehículo inestable, ruidoso y contaminante. De mantenimiento complicado, alto consumo...

Arthur, molesto con los comentarios, respondió:

- Discúlpeme, ¿pero no fue usted quien inventó a la mujer?

- Si, fui yo.

- Bien, aquí entre nosotros, de profesional a profesional, su invención no fue nada acertada; la suspensión delantera es inconsistente, es muy ruidosa, habladora y grita a altas velocidades, en la mayoría de los casos, la suspensión trasera se mueve y vibra demasiado, el área de entretenimiento está localizada demasiado cerca de la de reciclado y los costos de mantenimiento son exorbitantes

Dios meditó y respondió:

- Sí, es verdad mi invento tiene defectos, pero de acuerdo con los datos disponibles, hay muchos más hombres montados en mi invento que en el tuyo.
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