Un granjero fue al bar y se sentó junto a una mujer.
Pidió una copa de champán.
La mujer se anima y le habla al granjero:
- ¿Qué tal? Me acabo de pedir una copa de champán también.
- Qué casualidad, - dijo el granjero - Hoy es un día especial para mí, estoy de celebración.
- También es un día especial para mí, yo también estoy de celebración - dice la mujer-.
- Qué casualidad - dice el hombre -.
A medida que brindaban el granjero le preguntó a la mujer:
- ¿Qué estás celebrando?
- Mi esposo y yo hemos estado tratando de tener un hijo, y hoy mi ginecólogo me dijo que estoy embarazada.
- Qué casualidad, - dice el granjero - Soy un criador de pollos. Desde hace años todas mis gallinas eran infértiles, pero hoy finalmente estamos poniendo los huevos fertilizados.
- Eso es genial - dice la mujer - ¿Cómo se hicieron fértiles?
- Cambié de gallos - respondió el granjero -.
Ella sonrió y dijo:
- ¡Qué casualidad!