Hace 2 años, mis hijos y yo hicimos un crucero en el Mediterráneo a bordo de un trasatlántico llamado Sea Princess.
Durante la cena, vimos a una señora mayor sentada sola en una mesa del comedor.
Me fijé que los empleados, oficiales y camareros tenían bastante confianza con ella y la saludaban incluso por su nombre.
Pregunté a nuestro camarero por ella esperando me dijese que era socia de la compañía de cruceros o algo así, pero todo lo que me dijo es que viajaba muy a menudo en sus cruceros.
Una noche, saliendo del comedor, nos pasamos por su mesa para saludarla:
- Parece que usa mucho los servicios de estos barcos de placer - me presenté.
- Sí, es verdad.
- ¿Y siempre viaja usted sola?
- Es menos caro que una residencia de ancianos.
- ¿Y cómo llegó usted a esta conclusión?
Ella sacó una calculadora.
- El coste medio de una residencia para personas mayores es de 80 por día.
- El precio en el Princess haciendo la reserva con tiempo y con la reducción para jubilados es de 54 por día. Esto me deja 26 por día que puedo emplear así:
- Las propinas – que no pasan de 10.
- Puedo tomar hasta 10 comidas al día si quiero comer en el restaurante o utilizar el servicio de camarote, lo cual quiere decir que incluso puedo tomar el desayuno en la cama todos los días.
- El crucero tiene tres piscinas, gimnasio, lavandería gratis, casino, tiendas, cine y espectáculos todas las noches.
- Te dan pasta de dientes, toallas, y demás útiles de aseo gratis sin coste alguno.
- Te tratan como un cliente y no como un número.
- Un suplemento de 5 en propinas pondrá toda la tripulación a tus pies.
- Conozco nuevas amistades cada viaje.
- ¿La tele no funciona? ¿Hay que cambiar una bombilla? ¿Sábanas? Ningún problema, lo reparan todo y hasta te presentarán excusas por la molestia.
- Mantel y servilletas limpias todos los días.
- Si te caes y te rompes un hueso, en una residencia dependerá de la seguridad social, pero si el mismo accidente te ocurre en el barco te darán el mejor camarote para el resto de tu vida.
- Y ahora lo mejor: ¿Quieres ver Sudamérica, el Canal de Panamá, Tahiti, Australia, Nueva Zelanda, Asia o cualquier otro destino? Siempre habrá un barco listo para ir.
- Así pues, no me busques en una residencia para mayores, que estaré de crucero.
- Por último, cuando muera, tengo contratado y firmado por mi compañía de seguros y mi familia que me tiren por la borda ¡y sin gastos!
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