Estan dos borrachos muy borrachos apoyados en un árbol. Va uno se agacha, toca algo con el dedo, lo chupa y le dice al otro:
- Aquí abajo hay algo que sabe a fresa.
El otro, que tambien lo toca y chupa:
- Si, pero no sabe a fresa, sino a pera.
- Que no macho, que sabe a fresa.
Así se pasan un rato discutiendo hasta que amanece y con la luz ven que es una cagada de perro.
- Mira, que no era ni fresa ni pera, sino una cagada.
- Que suerte que no la pisamos ¿eh?