Como no hay pasta para salir de fiesta, nos compramos unas botellitas y unos hielos en el chino de la esquina y nos montamos la fiesta en keli.
Y eso es otra de las consecuencias de lo que nos está tocando vivir.
Las quejas vecinales por la celebración de fiestas en pisos particulares han aumentado un 1.200%, según ha informado la asociación de establecimientos de ocio nocturno, que ha atribuido estos datos al incremento de las reuniones de amigos en casa debido a la crisis económica.
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