El jefe de la tribu trancasgordasymuynegras, el más despiadado y salvaje de todas las tribus del Serengeti, estaba esperando fuera de su tienda a que su esposa la favorita de entre las favoritas, diera a luz su primer vástago, que seria el sucesor al trono.
La suma sacerdotisa atendía el parto y por fin nació la criatura, pero cual fue la sorpresa de todos que el niño salio blanquito como la leche, la tienda se heló.
- Le tenemos que decir algo al jefe porque si no nos matará a todas.
La suma sacerdotisa, vieja y sabia como pocas pensó:
- Ya está, le vamos a decir que el misionero tiene la culpa, él es blanco, que habrá hechizado a su mujer y así nos libramos.
Al salir de la tienda, el jefe le pregunta y la sacerdotisa le dice:
- Algo malo ha pasado, el misionero ha hechizado a su mujer y su hijo es blanco.
El jefe que no era tonto, se dio cuenta enseguida que el misionero y su mujer le habían corneado, porque era el único blanco a cientos de kilómetros a la redonda.
Se fue a por el misionero a a quemarlo, mutilarlo y descuartizarlo.
Cuando llegó y le recriminó lo pasado, el misionero rápidamente le dijo:
- Por amor de Dios, no piense usted eso, lo que a pasado es cosa de la naturaleza, fíjese en las ovejas, todas son blancas pero de vez en cuando una sale negra, pues igual con vosotros.
El jefe se queda callado, pensativo y le dice:
- Vale, tú te callas lo de la oveja y yo me callo lo del niño.
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