El loro sin patas

Un tipo decide un día tener una mascota y se va de compras.

Llega a la tienda de mascotas y de repente ve un loro colgando cabeza abajo desde un palo.

El hombre se queda mirando al ave y dice en voz alta.

- Vaya,¿qué le habrá pasado a ese loro?

- Yo nací así - dice el loro. - Soy un loro sin patas.

- Ja, ja - se ríe el hombre. - Me pareció como si este loro hubiera entendido lo que dije y me hubiera contestado.

- Claro que entendí lo que dijiste" - dice el loro. - Soy un loro sumamente inteligente y muy culto.

- ¿Ah si? - pregunta el hombre. "- Entonces, contéstame esto, ¿cómo te cuelgas del palo, si no tienes patas?.

- Bueno, verás - dice el loro - me da un poco de vergüenza, pero ya que has preguntado, te lo voy a decir: uso mi pene, lo enrollo en el palo como si fuera un gancho. Lo que pasa es que no puedes verlo, porque lo cubro con mis plumas.

- Increíble - dice el tipo. "- Realmente entiendes lo que dice la gente y puedes contestar, ¿verdad?

- Claro que sí. Hablo español e inglés. Puedo conversar sin mayores problemas casi sobre cualquier tema: política, religión, fútbol, química, filosofía... y soy especialmente bueno en ornitología. Deberías comprarme. Soy un excelente compañero.

El hombre mira el precio en la etiqueta: 200 euros y dice:

- Ese precio es demasiado para mi.

- Pssssst - le dice el loro moviendo un ala para que se acerque. - Nadie me quiere porque no tengo patas. Ofrécele al dueño 20" euros.

El hombre ofrece los 20 euros y sale de la tienda con el loro.

Pasan las semanas y el loro es sensacional. Es gracioso, interesante, un excelente amigo. Entiende todo y hasta da muy buenos consejos. Su dueño está feliz con él.

Un día, el hombre llega de trabajar y el loro lo llama:

- Psssst. - moviendo un ala para que se acerque -.

El tipo se pone muy cerca de la jaula.

- No sé si contartelo o no - dice el loro - pero es acerca de tu mujer y el cartero...

- !¿Qué?! - dice el hombre.

- Bueno - dice el loro - Cuando esta mañana llegó el cartero, tu mujer lo recibió con un beso en la boca, y ella estaba vestida sólo con un bikini y brassiere.

- ¿Y después que pasó? - pregunta el hombre.

- Después, el cartero entró en la casa y empezó a acariciarla toda - continúa el loro.

- ¡Dios santo! - dice el hombre. - ¿Y qué más?

- Después, le quitó el bikini y también el brassiere. Se arrodilló y empezó a besarla por todas partes, empezando por los senos, lentamente e iba bajando y bajando por el ombligo y seguía y seguía...

El loro se queda callado un buen rato.

- ¿Y qué pasó? ¿Qué pasó? - dice frenéticamente el hombre.

- No sé - dice el loro - ¡CUANDO ME EMPALMÉ ME CAI DEL PALO!

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