Un catalán que le ha prometido a su hija un viaje en avioneta como regalo de cumpleaños esta negociando con el piloto:
- ¿Cuanto me cobra por dar un paseo de una hora?
- 300 pavos.
- Uf, eso es mucha pasta. ¿Y si solo es media hora?
- Por media hora, 150 pavos...
- Joer, 150, ¿no tiene nada mas barato?
- Pues mire, podemos hacer un trato. Si usted se sube a la avioneta y es capaz de estar completamente callado durante todo el vuelo, no le cobro un euro.
- Eso esta hecho.
Allá se suben los tres, y el piloto venga a hacer malabarismos, rizos, caídas en picado, el avión boca arriba, boca abajo... y el catalán, mudo.
Por fin se cansa el piloto y aterriza.
- Oiga, me tiene usted asombrado. Mire que hice cosas peligrosas con la avioneta y usted no pronuncio ni una palabra!
- Si quiere que le diga la verdad, estuve a punto de gritar cuando se cayo la nena.