La Fortuna huele mal

Paco Manzano, fortunero desde hace 35 años, no oculta su cabreo con la situación y no descarta una solución a la tremenda: tapar el agujero por el que salen esas aguas fecales, que está en el término municipal de Madrid y corre paralelo a la carretera del Aeródromo.

Angelines Micó y Julián Araque aún conservan algo de paciencia para negociar. Los tres, desde la asociación Nueva Fortuna, se han cansado de esperar y exigen una solución. Pero no es fácil encontrarla cuando las administraciones se pasan la pelota entre ellas.

Desde el Canal de Isabel II aseguran que la solución no está en su mano: "Si la competencia fuera nuestra no tendríamos problema en asumirlo, no tendría sentido negarlo". "¿Desde cuándo pasa esto? Porque nosotros llevamos tres años, y digo yo que podían haberlo arreglado antes".

Para dar una respuesta más precisa, quieren detalles sobre la localización de estas aguas. Ahí viene una pregunta: ¿a quién corresponde la gestión de la carretera del Aeródromo?

Más de diez llamadas a la Comunidad de Madrid, Ayuntamiento de Madrid y de Leganés, Tráfico, Ministerio de Fomento, Ministerio de Defensa y hasta al Ejército del Aire, no dan la respuesta.

En la búsqueda, "alguien" confirma las sospechas de los vecinos: "las aguas vienen del aeródromo, que no está conectado al servicio de alcantarillado. Pero éste tiene una parte civil y una militar". ¿Cuál de ellas es la responsable?

Los vecinos prefieren la vía diplomática: "En los últimos diez años se han presentado por lo menos cinco mociones sobre esto", asegura Angelines Micó. La última, en el pasado pleno en La Junta Municipal de Distrito de La Fortuna, pedía al Ayuntamiento que instase al Gobierno regional o al Ayuntamiento de Madrid a que se les diese una solución.

La presidenta de la junta de La Fortuna, explica que se mantiene a la espera de respuesta de la presidenta del la junta de distrito de Latina. Pero "si no se toman cartas en el asunto, interpondremos una denuncia ante la Fiscalía de Medio Ambiente".

Se ha encargado a los técnicos de Sostenibilidad un informe sobre estas aguas.

Mientras, los vecinos agotan su paciencia. Se sienten el patito feo vecinal y piensan pasar a la acción ante la orfandad administrativa que margina al barrio.

Su plan: cortar la M-40 para que alguien les escuche.

La situación periférica del barrio de La Fortuna hace que estos vecinos no siempre puedan acudir al Ayuntamiento de Leganés a hacer sus reclamaciones.

Un ejemplo: la carretera del Aeródromo, llena de baches y mal iluminada, lleva años en estado de abandono.

El ruido de la M-40 o los vertidos en el lago son otros ejemplos de maraña administrativa que facilitan los pases de pelota que impiden arreglar los problemas que sufren los fortuneros.

"Que lo arregle quien lo tenga que hacer", dice Angelines Micó. Pero que lo arreglen.


Fuente:Gente Digital
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