El mandamiento deportivo de que "lo importante es participar" y jugar, hace tiempo que fue arrojado a la basura en la mayoría de los clubes de fútbol por técnicos que utilizan a sus jóvenes discípulos exclusivamente como plataforma para su ascenso social y profesional.
La cultura de la victoria en el deporte infantil está causando diariamente en todas las partes del mundo mucho daño, no sólo a los niños, también a los clubes cuya calidad de formación de sus talentos está condicionada negativamente cuando se busca por todos los medios la victoria, independientemente de si se trata del equip benjamín, alevín, infantil o cadete.
Solo en pocos clubes se mide la calidad de la formación en el número de jugadores que cada año pueden ser incorporados en la plantilla del equipo representativo.
En ellos, en vez de jugar para ganar se disputan partidos para aprender y ganar a largo plazo.
La deserción masiva se debe a que el juego, concebido inicialmente de los niños como una actividad lúdica y de entretenimiento compartido con otros amigos, se ha convertido para ellos con el paso de los años en una experiencia amarga por las frustraciones vividas, el sistemá rígido de las competiciones, la presencia de sus críticos padres y especialmente por las muy elevadas exigencias de los entrenadores, cuyo obejtivo es, en vez de formar a los jóvenes a conoces y a dominar cada vez más el juego del fútbol, conseguir con ellos a cualquier precio muchas victorias y así el prestigio necesario para optar a un trabajo mejor remunerado en el mundo del fútbol.
En las Escuelas de Fútbol se pueden ver dos filosofías bien distintas de trabajo:
- Buscar por todos los medios la victoria de sus equipos a corto plazo.
- Buscar, a pesar de la posibilidad de perder partidos, una óptima formación gradual e integral del jugador con objetivos a más largo plazo.
Según la orientación elegida las consecuencias para los niños y las escualas son las siguientes:
"Un técnico de fútbol base que gana casi todo no ha trabajado por el futuro de sus jóvenes jugadores, sino por su porvenir".
"Ganar una copa menos en fútbol base significa muchas veces ganar un extraordinario jugador más".
"En el fútbol base no recogemos frutos, sembramos semillas".
Aquí podéis ver este magnífico artículo completo que dedicamos a todos los padres y madres que llevamos a nuestros hijos a una escuela de fútbol a APRENDER y DIVERTIRSE.
Y también se lo dedicamos Agrupación Deportiva Leman´s de Leganés, que en pre-benjamín es capaz de cualquier cosa con tal de ganar, desde mezclar jugadores de los varios equipos que tiene (metiendo a los mejores en varios partidos y dejando sin jugar a otros peores) hasta pedir fichas al equipo contrario porque hay dos jugadores de más en la convocatoria, lo que ocasiona que uno o dos niños de 5 y 6 años no puedan jugar y se marchen a casa llorando, menudos valores deportivos enseñamos.