Alimentacion Post Navidad

¿Has comido y bebido en exceso durante las fiestas y tu estómago y tu línea se resienten?

- Ya te digo, pero como un puñetero cerdo.

Desde La Fortuna te hemos preparado un plan de choque para depurarte, perder los kilos que has cogido y empezar el año comiendo bien.

Cuando pasan la Navidad suele dejar huella en nuestro cuerpo: estómagos resentidos, resacas, toxinas, falta de sueño y algún kilo de más.

Para recuperarte de los excesos y adoptar unos buenos hábitos alimenticios durante todo el año.

Después de Navidad el objetivo no sólo debe ser bajar los kilos extra que has cogido, sino eliminar las toxinas y el malestar que tu cuerpo arrastra, y, sobre todo, aprovechar este momento para empezar el año cambiando de una vez tu vida alimenticia.

El día después de la última celebración tu estómago debe empezar a respirar. Dale poco, ligero y suave, y bebe muchos líquidos.

Toma nota de estos consejos:

Haz dieta blanda.

En cierto modo estás enfermo y tu estómago necesita un respiro, así que dieta blanda: caldos vegetales, purés, arroz y pescado cocidos, fruta y yogures.

Sin grasas, con poca sal y mejor al vapor.

Toma piña (ayuda a digerir), uvas (depuran), naranja (vitamina C), verduras, aceite de oliva (una cucharadita por la mañana ayuda a trabajar al intestino) y yogures para renovar la flora intestinal.

Menú para un día.

Desayuno.

Té con sacarina, macedonia de frutas frescas y yogur desnatado (puedes mezclarlo todo).

Comida.

Arroz blanco con brotes de soja, zumo de tomate y dos rodajas de piña como postre.

Cena.

Caldo o puré de verduras, una rodaja de merluza o pescadilla cocida aliñada con una cucharadita de aceite de oliva y un yogur desnatado.

Media mañana y merienda.

Una infusión, un yogur desnatado o una pieza de fruta.

Un día a frutas y verduras.

Además de seguir esta dieta, puedes dedicar un día a depurar tu cuerpo comiendo sólo frutas, verduras y zumos naturales. Para acompañarlas, infusiones (diente de león, poleo, menta, anís) y mucha agua.

Entre las frutas escoge uvas, piña, fresas, arándanos, papaya, pomelo, naranja, limón o manzana, las más desintoxicantes. El apio y el hinojo son las verduras más depurativas, pero también te vendrán muy bien las zanahorias, acelgas, espinacas o puerros, bajísimas en calorías.

Tómalas crudas o hervidas con una cucharadita de aceite de oliva cruda. Entre horas, toma zumos recién exprimidos a base de frutas y verduras.

Menú para un día.

Desayuno.

Zumo de naranja, plátano y fresas.

Comida.

Ensalada fresca de apio, hinojo, tomate y maíz. Una pieza de fruta y una infusión.

Cena.

Ensalada de frutas variadas con una infusión.

Media mañana, merienda y entre horas.

Infusiones, zumos naturales o fruta.

Empieza a comer bien.

No sigas cualquier dieta. De ahora en adelante evita las “dietas milagro” y huye de las que te prometen perder diez kilos en un mes o tres kilos en dos días. Los perderás, pero tus hábitos seguirán siendo malos, y los volverás a recuperar.

Tu plan dietético debe permitirte comer de forma sana y equilibrada, con todos los nutrientes necesarios y sin pasar hambre ni sufrimientos.

Tu dieta debe contener un buen desayuno, una comida correcta y una cena ligera, más un tentempié matinal y una merienda suave. Contra lo que se cree, repartir los alimentos en cinco comidas diarias es mejor que saltarse comida y cena.

Cuando no se come, el metabolismo basal se inhibe y quema pocas calorías, con lo que se consigue el efecto contrario: en vez de adelgazar, uno se estanca o incluso engorda.

Hazte fan de la Dieta mediterránea.

La dieta idónea debe contener alimentos naturales y poco sofisticados, cocinados sin grasas animales. No es casual el éxito de la dieta mediterránea: legumbres, arroz y pasta, vegetales y hortalizas, aceite de oliva, mucho pescado, poquísima carne, y abundante fruta.

Claves para cuidarte.

Come poca carne. Sustitúyela por pescado, más digestivo. Si no te gusta, elige pavo, pollo o aves antes que embutidos, cerdo o cordero, más indigestos y con más toxinas.

Cena pronto. Aunque no hagas cenas copiosas, mima tu estómago y no te vayas a la cama inmediatamente después de cenar.

Deja pasar al menos dos horas y, si puedes, da un paseo, también te ayudará a quemar calorías.

Toma infusiones. Purifican, limpian y ayudan a hacer la digestión: manzanilla, diente de león, poleo, menta o anís (combate las flatulencias).

Bebe mucha agua. Tu organismo y tu piel necesitan hidratarse desde dentro para estar en perfecto estado. Intenta sustituir el café (que aumenta la deshidratación) por infusiones.

No abuses de los digestivos. Aunque puedan aliviar tras una mala digestión, el bicarbonato, las sales de frutas y los antiácidos son poco recomendables y tienen efectos secundarios.

Muévete un poco. Si quieres llevar una vida más sana, empieza por dejar de ser una persona sedentaria. Hacer ejercicio te ayudará a eliminar antes los kilos que hayas cogido en Navidad.

Pero, sobre todo, te reportará enormes beneficios para tu salud.

Así es que ya sabéis amiguetes, dieta mediterránea, un poco de ejercicio y dos litros de agua Bezoya para que te crezca la ... (mi mujer me acaba de dar una ostia).
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