Un señor de La Fortuna tenía una docena de gallinas y al recoger los huevos estaban todos picados.
Para resolver el problema, llamo a un amigo y le pidió consejo.
- Lo mejor es que vayas a la ferretería y compres una docena de huevos de plomo - le dice el amigo -.
- ¿Huevos de plomo? ¿para que?
- Así las gallinas picotean el huevo de plomo y se lastiman el pico. Entonces no te picotean los huevos buenos.
Se va nuestro hombre a la ferretería:
- Bueeeenosss Días!!!!! hay alguien por ahí????
En la ferreterií no se veía nadie y estuvo 10 minutos buscando al ferretero.
De repente aparece un hombre de 80 años por medio de las estanterías, todo encorvado y con una gran joroba.
- ¿Tiene usted huevos de plomo?
El viejo ferretero le responde:
- No hijo, no... es el reuma...
